Unkus - Primer acercamiento de diseño vs. boceto definitivo.
Quince años han pasado desde el incidente de la Corona Encantada. Quince años desde que el príncipe Rekki se convirtió en Rey de Hyoth, tras frustrar los planes del malvado Joreinus, el pérfido consejero real que urdió la traición y que llevó a la maldición a todo el reino. Cuando el príncipe recuperó la Corona y liberó del encantamiento a su prometida, hubo una gran fiesta: el príncipe Rekki fue coronado rey y se desposó con su prometida, la princesa Liana de Rhondivel, salvada de su hechizo helado. Fueron momentos de celebración y regocijo en toda la región.
Tan solo el alma de Joreinus, el malogrado, se retorcía por la envidia y el ansia de poder y venganza. Antes de que pudiera ser apresado, huyó del reino escapando por escarpadas montañas y profundas grutas hasta casi llegar a los confines del mundo. Cansado y maldiciendo su fortuna, entró en una cueva para descansar: cuál fue su sorpresa al encontrarse allí el cadáver de un dragón colosal, recostado junto a tres grandes huevos de dragón. Con sus artes oscuras, hizo eclosionar a los huevos y crió a los tres dragones como hijos y esclavos suyos, con el fin de poder utilizarlos más adelante, en un terrible plan que ya empezaba a fraguarse en su mente para conseguir al fin su ansiada venganza...
Quince años han pasado ya, y el pueblo se prepara para una nueva celebración: el decimoquinto cumpleaños del príncipe heredero al trono, quien por ley se convertiría en futuro rey. El príncipe Leinar, hijo Rekki de Hyoth y la reina Liana, al cumplir los quince años de edad será nombrado legítimo heredero al trono y le será otorgado el poder de, según la tradición ancestral, controlar la voluntad de la Corona Encantada. Todo el pueblo se afanaba en los preparativos para la gran fiesta, pues amaban al buen rey, a la reina y a su hijo.
Pero, desde las tenebrosas montañas donde el infame Joreinus se escondía durante años, el terrible plan para obtener todo el poder de Hyoth y destronar al rey estaba a punto de comenzar. Desde su guarida, partieron el malvado consejero y sus tres dragones sobrevolando los cielos de Hyoth y hasta el castillo, donde se produjo el ataque: el fuego del dragón rojo Ignoo abrasó las casas y los campos, incendiando todo a su paso; el aliento helado del dragón azul Rheeze fue letal para las gentes y el ganado, destruyendo también edificios y estructuras; y el veneno proferido de las fauces del dragón verde Unkus causó estragos en la población, que de inmediato comenzó a sufrir tremendas fiebres. Tal era el caos que se formó durante el rápido ataque, que nadie reparó en que, escondidos tras las sombras, unos ogros esclavos de Joreinus se habían infiltrado en el castillo. Sin encontrar oposición a su paso, secuestraron al joven príncipe y robaron la Corona Encantada, huyendo después del lugar sin dejar rastro.
La Corona Encantada vuelve a estar en peligro.
La ciudadela y el castillo de Hyoth quedaron devastados. El rey, al conocer la noticia de la desaparición de su hijo y de la Corona, maldijo al desalmado Joreinus, sabedor de que el traidor consejero real era sin duda el culpable. Vistió su armadura, empuñó la espada del rey y buscó a sus oficiales más leales para que le informaran de la situación. Éstos le relataron que Joreinus y sus dragones habían huido al este, hacia los Templos de Fuego, en la región de Kadostta, donde moran los maestros de la magia y hechicería.
Con su ejército gravemente diezmado, su castillo prácticamente derruido y todos los reinos que viven en paz atenazados por el terror ante la terrible amenaza que se avecina, el rey Rekki parte en busca de su hijo y de la Corona Encantada, símbolo de poder y de equilibrio, dispuesto a enfrentarse al ejército de monstruos de Joreinus, a su magia oscura y a sus terribles dragones...